“Si la vida te sabes a limón, conviértela
en una limonada, y notarás la diferencia”.
New York, New York, enero 30, 2023 – Quiénes fueron los primeros jugadores dominicanos en participar en una Serie del Caribe?.
Luis “Güigüí Lucas” St. Claire y Juan Esteban “Tetelo” Vargas.
La II Serie del Caribe se celebró en el estadio Sixto Escobar en San Juan, Puerto Rico, del 21 al 27 de febrero del 1950, con la participación de los Criollos de Caguas – Guayama, Puerto Rico; Alacranes del Almendares, Cuba; Yankees de Carta Vieja, Panamá y Navegantes de Magallanes, Venezuela.
En la temporada del 1949 – 1950, 14 jugadores dominicanos actuaron en el beisbol puertorriqueño, una prueba clara de la oportunidad que la liga boricua le brindaba al pelotero quisqueyano de la época.
Tres de ellos, Juan Esteban “Tetelo Vargas, Luis “Güigüí Lucas” St. Claire y Manolete Cáceres, integraban al Caguas, que ganó el derecho a representar a Puerto Rico, al derrotar en cuatro encuentros a los Indios de Mayagüez en la serie final.
El novato Cáceres no participó en la serie.
La misma se inició el martes 21 de febrero con Venezuela doblegando a Panamá.
En la segunda tanda, con el derecho Dan Bankhead en el montículo, Puerto Rico venció 1-0, a Cuba.
Vargas, quien disparó el primer hit quisqueyano en este evento, contra Conrado Marrero, el pitcher perdedor, y St. Claire, se convirtieron en los primeros dominicanos en ver acción en este acontecimiento caribeño.
St Claire, no solo empujó a Willard Brown con la única vuelta del juego, sino que recibió la aclamación de la prensa cubana como receptor de gran valía.
“ Un fly de Yiqui Desousa a Willard Brown puso el inning en punto de mate y cuando Cañizares, (Avelino) que había salido a correr por Monteagudo, (René) intentó robar la intermedia, estando Pellagrini (Eddie) al bate, fue puesto out por certero tiro de Luis St. Claire, cuyos progresos en la defensa de la receptoría, le permiten situarse en planos estelares”, Diario de la Marina, La Habana, Cuba, febrero 22, 1950.
Al final de la contienda, ganada por Panamá, St. Claire fue seleccionado en el equipo “Todos Estrellas”.
En 1951, con los Cangrejeros del Santurce, también fue elegido el mejor recibidor del torneo.
St Claire estuvo en la serie del 1952, con los Senadores de San Juan, Puerto Rico, en 1954, con Caguas y en 1955, con los Navegantes de Magallanes, Venezuela.
Como se nota, la labor de St. Claire detrás del plato, fue sencillamente extraordinaria.
Tetelo Vargas.
Vargas, por su parte, baeó de 3 – 1, frente al “Guajiro” Marrero. Bateado de tercer bate, el “Gamo Dominicano” falló con elevado a la segunda, en el primer episodio; hit al central en el tercero, y por la vía F6, en el sexto.
En partido contra Venezuela, el 23 de febrero, en otro duelo de pitcheo, esta vez entre Terris McDuffie, Venezuela y Tite Arroyo, Puerto Rico, Vargas se estafó una base y el 24 de febrero, logró su segundo robo de base, esta vez, contra el pitcheo cubano.
Vargas fue el líder de la serie, en ese renglón.
Al Cierre
En esta fecha, 1956: Las Águilas Cibaeñas, con el derecho Bob Alexander en el montículo, blanquean 3 – 0, a los Leones del Escogido, en el estadio Trujillo, hoy Quisqueya, de la capital. Garabato Sackie, el lanzador perdedor, también cubrió la ruta; Antonio el “Gallo” Martínez, Bobby Del Greco, Bubba Phillips, Bob Skinner, Bill Mazeroski, Vicente Scarpatte y Bob Borkowski, se repartieron los hits aguiluchos; Allan Richter, Osvaldo Virgil, Willie Kirkland y Walter James, fueron los mejores por el Escogido…1957: Los Leones del Escogido derrotan 5 – 0, a los Tigres del Licey, con Jim Brosnan, tirando blanqueada de tres hits. En este partido, Felipe Rojas Alou, jardinero novato de los Leones, demostró su potente brazo, con un lance desde los 400 pies a la antesala, en batazo de Rafael “Buda” Capellán, quien tuvo que conformarse con un doble…En otro orden, el Cibao, así como el Este y el Sur, son meritorias e históricas regiones dominicanas, que merecen respeto y consideración. Quien diga lo contrario, nativo o no, carece de total sensibilidad, hacia la patria de Juan Pablo Duarte.
Hasta la próxima, si Dios lo permite. Abur, abur.