Mario Melvin Soto

“Soto, probablemente el mejor lanzador derecho de la Liga Nacional, recibió muy buena ayuda defensiva del intermedista Ron Oester y el jardinero Dave Parker”, St Louis Post Dispatch, mayo 13, 1984.

New York, New York, junio 28, 2020 – Mario Melvin Soto autorizó un juego de un hit en la Liga Dominicana y otro en la Liga Nacional, único lanzador en realizar esta rara hazaña en ambas ligas beisboleras.

Soto, quien nació en la ciudad de Baní, provincia Peravia, unos 70 kilómetros al sur de la capital domini cana, ejecutó la hazaña, primero con los Leones del Escogido y luego con los Rojos de Cincinnati.

Con apenas 19 qaños de edad, se inició en la pelota profesional en 1975, con los Leones del Escogido, lanzando  cuatro entradas.

Primer partido de un hit

Una de sus mejores actuaciones desde el montículo en la Liga Dominicana la efectuó el sábado tres de enero del 1981, cuando lanzó joya de un hit contra los Tigres del Licey en el estadio Quisqueya, de la capital.

Ese hit lo disparó el bateador designado Cesarín Gerónimo, quien luego anotó la única vuelta felina, por elevado de sacrificio del emergente J. Bernhart. Soto abanicó a diez contrarios y concedió cuatro transferencias. Un cuadrangular de tres carreras del jardinero central Pedro Guerrero en la octava entrada dio el triunfo a los Leones.

En Serie Final

 Soto participó en la épica Serie Final del 1980 – 1981 entre Águilas Cibaeñas y Escogido.

 En dicha serie fue el  abridor del primer juego, pero salió sin decision luego de tirar siete entradas y permitir cuatro vueltas, seis incogibles, siete abanicados y una transferencia.

Su segunda salida fue el 1 de febrero, cuando 13,373 fanáicos en el estadio Cibao, de Santiago, presenciaron el octavo choque de la serie, un duelo de pitcheo con el derecho Pascual “Cutá Pérez, que al final ganó 2 – 0, el conjunto allende La Cumbre.

Con los Leones del Escogido, su único equipo en la Liga Dominicana, 1975 – 1987, terminó con marca de 28 – 21 – 3.47.

Segundo partido de un hit

 Soto debutó con los Rojos de Cincinnati en 1977, terminando con record de 2 – 6 – 5.34, convirtiéndose  casi de inmediato,  en el estelar de la rotación de abridores de los Rojos.

En 1984, cuando los años de la “Gran Maquinaria Roja” (The Big Red Machine) habían quedado atrás, Soto terminó la temporada con record de 18 – 7 – 3.53.

Una de esas victorias fue un juego de un hit que lanzó contra los Cardenales de San Luis, el sábado 12 de mayo, en Cincinnati.

En este encuentro, en la novena entrada, con Cincinnati al frente 1 – 0, George Hendricks, un bateador de .220, en la cuenta de 2 -2, le disparó un cuadrangular por el left-center, que viajó unos 415 pies.

“Por poco me caigo muerto. Quería  abandonar el montículo,  pero mis compañeros me alentaron a seguir”, declaró Soto,  luego del batazo de Hendricks. Al final, Cincinnati ganó 2 – 1, con Soto poniendo su record en 5 – 1.

El nativo de Baní terminó su carrera con Cincinnati, 1977 – 1988, con marca de 100 – 92 – 3.47

Al cierre

Día como hoy en 1953:  En la capital dominicana, Águilas Cibaeñas y Tigres del Licey dividen una doble cartelera, con los primeros ganando el matutino, 5 – 2, y los segundos el vespertino.  En el primero, el zurdo boricua George Vidal ganaba 2 – 1 en la novena, pero las Águilas anotaron cuatro veces para llevarse la victoria. Licey, con el cubano Gaspar “Chulungo” Delmonte, se anotó una fácil victoria con anotación de 8 – 2. Terries McDuffie, 5 – 2, ganó el primer partido…Mientras tanto, en medio de la pandemia, un día como hoy en 1918,  3,500 fanáticos presencian en Cleveland, a los Indios de Cleveland derrotar a los Tigres de Detroit, 3 – 1 y a los Cardenales de San Luis   a los Piratas de Pittsburgh, 8 – 1, en San Luis… Hasta la próxima, si Dios lo permite. Abur, abur.

Johnny Wright: Dos juegos de un hit

New York, New York, junio 26, 2020 – Después de catorce largos años de ausencia, la pelota por paga se reinició en el país en mayo del 1951. Todos la llaman la pelota romántica.

Nadie la llama la pelota desequilibrada.

A diferencia del beisbol moderno,  en los torneos del 1951 al 1954, que cubrían la primavera, el  verano y el otoño, pero que se conoce como la “Pelota de Verano”, la mayoría de los jugadores nativos, eran jóvenes sin experiencias,  provenientes de los torneos de aficionados que se celebraban en las distintas regiones del país.

Tal era el caso de los noveles Alcibíades Colón, Olmedo Suárez y Miguel Ángel Vargas, Licey;  Fernando Bueno, Miguel “Tiant” Tineo y Miguel “Ford” Aracena, Águilas Cibaeñas;   Zoilo Rosario, Papito Mateo y Ricardo “Son” Howell, Estrellas Orientales; y  Macuquín Félix,  Héctor “Pirincho Salazar y José “Papo” Benjamín, Escogido;    solo para citar unos cuantos, quienes fueron “lanzados a los tiburones”, sin ningún tipo de entrenamiento.

Los refuerzos, por otra parte, eran  antiguos integrantes de equipos de las Grandes Ligas, con la esperanza de regresar; de la Liga de Color de los Estados Unidos y los mejores jugadores de Cuba, Puerto Rico y Venezuela.

De ahí, el gran desequilibrio.

El lanzador  Johnny Wright era uno de esos refuerzos con muchos años  de experiencia.

Wright fue el segundo jugador de la raza de color firmado por Branch el “Mahatma” Rickey y fue compañero de Jackie Robinson en 1946 con los Reales de Montreal, sucursal AAA de los Dodgers de Brooklyn en la Liga Internacional. No obstante,   fue dejado libre al comienzo de la temporada.

Wright, quien nació en 1916, abandonó el retiro del beisbol, cuando llegó al país en 1952, para participar con los Leones del Escogido.

El derecho sepia debutó el domingo cuatro de mayo frente a las Águilas Cibaeñas, en la capital, sufriendo
la primera de sus cinco derrotas, cuatro de las cuales fueron frente al conjunto aguilucho.

Wright se convirtió de inmediato en “domador” de las Estrellas Orientales, a quienes  venció en seis oportunidades, tejiéndole en un momento, 30 ceros seguidos, incluyendo el primero, de dos juegos  de un solo hit, que autorizó en tres temporadas en la pelota dominicana.

El partido de un hit.

El jueves doce de junio, en un juego reasignado, los Leones del Escogido derrotaron a las Estrellas Orientales, 11 – 0, con Wright permitiendo un solo hit, del jardinero Papito Mateo, después de dos fuera en la sexta entrada.

 Johnny Wright regresó en 1953 con los Leones y en 1954 participó con las Águilas Cibaeñas, tirando otra joya de un incogible.

Después de su participación en la Liga Dominicana, Wright se retiró del beisbol en forma definitiva, falleciendo el diez de mayo del 1990, en Jackson, Mississippi.

Al Cierre

Un día como hoy en 1918: En el Polo Grounds, de New York, y en medio de la Pandemia del 1918, los Yankees de New York derrotaron a los Medias Rojas de Boston con anotación de 3 – 1. El jardinero central de los Medias Rojas, Babe Ruth, bateó un doble en cuatro turnos. Los Yankees ganaron tres  de la serie de cuatro partidos..En Boston, los Gigantes de New York vencieron a los Bravos de Boston, 9 – 0, con el intermedista cubano José Rodríguez, de los Gigantes, bateando de 4 – 1. Hasta la próxima, si Dios lo permite. Abur, abur.

Grand Slams en Series Finales Beisbol Dominicano

New York, New York, junio 21, 2020 – Disparar un cuadrangular con los sacos llenos, o Grand Slam, en una serie final, no es fácil. Solo se han conectado nueve, en los 66 Clásicos de Enero, del Beisbol Dominicano.

El primero se produjo en 1951; el último, en el 2019; En una oportunidad, hubo apenas uno,  en 25 años.

Cinco de esos batazos se han producido en la capital; dos en San Pedro de Macorٕs; uno en Santiago y otro en San Francisco de Macorís.

Alonzo Perry, de los Tigres del Licey, disparó el primero, el 23 de septiembre del 1951, contra el derecho Enrique Reinoso, de los Leones del Escogido; Jorge Mateo, de los Toros del Este, el último, a Jordan Harrison, único zurdo del grupo, de las Estrellas Orientales, el 19 de enero del 2019.

 Felipe Rojas Alou, de los Leones del Escogido, primer nativo en irse para la calle con las bases llenas, lo realizó contra Rafael Quezada, lanzador derecho de las Águilas Cibaeñas, el 26 de enero del 1961. 25 años después, el 24 de enero del 1985, el inicialista Glen Davis, de los Tigres del Licey, consiguió el siguiente.

Licey encabeza la lista con tres Grand Slams, Escogido dos, el resto, uno.

Los lanzadores de los Tigres del Licey, Águilas Cibaeñas y Toros del Este han permito dos batazos de esta especie; los demás, uno.

Grand Slams por equipo
En Series Finales

Jugador                   Club                         Fecha                    Lanzador                        Club             Lugar

Alonzo Perry(Z)       Licey                  9/23/1951         Enrique Reinoso(D)       Escogido         Capital

Felipe Alou(D)          Escogido           1/26/1961         Rafael Quezada(D)         A. Cibaeñas    Capital

Glen Davis (D)           Licey                  1/24/1985       J. C. Division(D)               Azucareros      Capital

Víctor Mata(D)          A. Cibaeñas      1/28/1986       Balvino Gálvez(D)           Licey                Santiago

Gerald Perry(Z)          E. Orientales    1/23/1987      Octavio Cepeda(D)         A. Cibaeñas     S. P. Macorís

Henry Rodríguez(Z)   Licey                  1/26/2004      Aquilino López(D)          G.Cibao             Capital

Maikel Franco(D)       G. Cibao            1/25/2015      Jailen Peguero(D)          E. Orientales     S. F.Macorís

Sebastián Valle(D)      Escogido           1/23/2016      Mitch Atkins(D)             Licey                   Capital                     

Jorge Mateo(D)          Toros del Este   1/19/2019    Jordan Harrison ( Z )        T. del Este         S.P.Macorís

Como se nota, no es nada fácil para un bateador, lograr un Grand Slam en Series Finales de la pelota rentada  quisqueyana.

Al Cierre

Un día como hoy:  En 1953, en la capital,  los Tigres del Licey vencen por partida doble a los Leones de Escogido, 3-1, por la mañana y 9-1, por la tarde…Los derechos Miguel Ángel Vargas y Santiago Ulrich fueron los lanzadores ganadores… En Santiago, Estrellas Orientales y Águilas Cibaeñas dividen una doble cartelera, con los Orientales llevándose el matutino, 9-5, y los Cibaeños el vespertino, 9-1. El zurdo Octavio Blanco y el derecho venezolano Emilio Cueche, resultaron los serpentineros triunfadores. Así terminó la I Vuelta del tercer torneo de verano, con Licey, 20 – 7 – .741, en el primer lugar de la misma… En Chicago, en 1966, Juan Marichal, de los Gigantes de San Francisco, lanza juego completo y se impone a los Cachorros, 9-7. Marichal, quien disparó dos hits, empujando dos vueltas, puso su record en 13 – 2 – 1.96… Hasta la próxima, si Dios lo permite. Abur, abur.

Muerte en la Pista: Antonio Liberato

New York, New York, junio 18, 2020 – En la historia hípica del país, decenas de jinetes han perdido la vida en una pista local, desde la inauguración de La Primavera, en Santo Domingo de Guzmán, la capital dominicana.

Llamado también Complejo Deportivo, el hipódromo de Santo Domingo, bautizado luego como La Primavera, abrió sus puertas el jueves 27 de febrero del 1919.

Debido al ciclón de San Zenón, que azotó en forma brutal a la Repúbica Dominicana el tres de septiembre del 1930, La Primavera sufrió daños de consideración, de modo que las carreras de caballos se redujeron al mínimo, hasta su eventual desaparición, a finales de los años 30’s.

El hipismo capitaleño tuvo que esperar hasta el 1944, por el entonces majestuoso Perla Antillana, que con Relámpago ganando la primera carrera, se inició  el miércoles 23 de febrero de dicho año, ( Coincidencia o no, fue  la fecha de la llamada Revolución del 23 de Febrero del 1930).

Paradójicamente, antes de La Primavera, existían lugares de carreras de caballos en Santiago y en San Pedro de Macorís.

De hecho, con el inicio de la hípica capitaleña, llegaban ejemplares de ambas provincias a participar en la capital. El popular Enriquillo, de Santiago, era uno de ellos, ( Listín Diario, julio 17, 1919, página cinco).

En La Herradura, Santiago.

El hipódromo de La Herradura funcionó a principios de la década del 1940. En el mismo actuaban  equinos propiedad del general José Estrella, Aquiles Bermúdez, Marino Castellanos y otras personalidades del Santiago de la época.

“Ante una concurrencia de más de 1,500 personas de todas las escalas sociales, se celebraron seis carreras en las que tomaron partes magníficos caballos”, La Información, octubre 27, 1943.

Con su cierre,  surgió el estadio Trujillo, localizado donde hoy se encuentra el estadio Cibao.

Abierto al público el 16 de agosto del 1944, el lugar fue sede del conjunto Águilas Cibaeñas en la pelota profesional  de verano, 1951 – 1954.

Junumucú, Merengue, Palerito, La Capitana y Thelma, fueron los ganadores del primer programa.

Antonio Liberato

Lo que se cree la primera tragedia en una pista  dominicana, ocurrió el domingo 23 de diciembre del 1945, en el hipódromo Trujillo, en la que falleció el popular jinete Antonio Liberato.

“En la tercera carrera hubo un accidente grave. Teddy Junior, de la cuadra Serrallés, con la monta de Antonio Liberato, uno de los mejores jockeys de Santiago, parece que chocó contra la pista entrando en la primera curva, yéndose al suelo y despidiendo al jockey, quien resultó gravemente lesionado”, La Nación, diciembre 26, 1945.

Ciertamente, Liberato, quien murió pocos días después, no solo era uno de los mejores jockeys de Santiago, sino uno de los más populares.

Pero tenía problemas.

En el programa del domingo ocho de abril del 1945, Liberato, en el lomo de Hatillo, de la cuadra Soto, fue acusado de “aguantar” a su ejemplar, al darse la salida. Por dicha acción, fue suspendido por dos meses por la Comisión Hípica.

!Talvez, eso influyó en su desgracia!.

César

Aunque nunca estuvo a la altura de Dicayagua, Sombra o Adorante, César, de la cuadra Haronid, era considerado uno de los mejores ejemplares del Perla Antillana.

Un caballo pura sangre ( A los  importados le llaman pura sangre, dando la impresión de que los criollos la tienen impura) ), César, de siete años de edad,  llegó al país con el nombre de Boston Blue, ( Quizás el nombre de Boston Blue tenía relación con la ineptitud de Boston en  ganar en la Liga Americana).  Debutó el domingo 10 de septiembre del 1944, venciendo fácilmente, a 1,100 metros, a Djerid, Rifacasas, Shorty y Tres Estrellas.

Hasta la próxima, si Dios lo permite. Abur, abur.

Juego del Recuerdo: Marlon “Sugar” Cain

“De acuerdo con comunicado emitido por la directiva del equipo Licey, el serpentinero norteamericano Marion (Marlon) “Sugar” Cain ha resuelto venir al país para militar en las filas de ese conjunto”, El Caribe, agosto 31, 1951.

New York, New York, junio 14, 2020 – Cuando Marlon “Sugar” Cain, quien nació  en el estado de Georgia en 1914, llegó al país en 1951,  era ya un veterano de las Ligas Negras con los Crawfords de Pittsburgh y los Brooklyn Royal Giants, entre otros equipos de la Liga de Color.

Cain participaba en la pelota canadiense, al ser firmado por el boricua Fellé Delgado, para los Tigres del Licey.

Pero no fue fácil.

Para jugar con los felinos, Cain exigía dos mil dólares, en la época, una suma exhorbitante, y los directivos del Licey alegaban no disponer de la misma.

Por ende, el team apeló a su leal fanaticada.

“Los liceístas han abierto otra campaña en aras de levantar un fondo especial que se destinará para sufragar los gastos de la contratación de Cain”, agrega el rotativo capitaleño.

Marlon Cain debutó el sábado ocho de septiembre, defendiendo el jardín izquierdo, contribuyendo a la victoria contra las Estrellas Orientales.

Cain, quien empujó una de las vueltas ganadoras, fue sustituido por Alcibíades Colón, en el octavo inning.

Al día siguiente,  apareció por primera vez en el montículo, cubriendo la ruta contra los  Orientales, ganando con score de 6-4 y disparando dos, de los diez incogibles azules, en partido celebrado en los terrenos del estadio de la escuela normal Presidente Trujillo, de la capital dominicana.

Aunque logró tres victorias para los Tigres, Marlon Cain es más bien recordado por la fanaticada liceísta por su épica actuación contra los Leones del Escogido, en el primer partido del primer Play Off final del Beisbol Dominicanano, la tarde sabatina del 15 de septiembre del 1951.

Cain, no solo tiró juego completo, sino que autorizó blanqueada, ganando con score de 8-0, permitiendo un solo hit, un triple del jardinero Macuquín Félix.

Licey se fue al frente 1-0, al abrir las hostilidades. Con los sacos llenos y dos outs, el derecho Roy Partlow, otro veterano de la Liga de Color, transfirió al venezolano Ramón “Dumbo” Fernández, anotando Luis Báez, la primera anotación de la tarde.

Con Incogibles de Cain, Colón, Othello Renfroe y Alonzo Perry, y  triple de Báez, nuevamente con dos fuera, Licey puso el juego fuera del alcance del contrario en la cuarta.

Perdiendo por ocho carreras en la séptima, con un out, Félix disparó triple por el prado izquierdo. El bateador siguiente, el intermedista Luis María, el “Gallego” Muñoz, se fue de elevado hacia el jardín derecho, defendido por Colón, poseedor de uno de los brazos más potentes de la liga.

 Félix, en una jugada poca sabia, se lanzó hacia la goma, siendo out a “media calle”, por certero disparo de Colón, al receptor Enrique el “Mariscal” Lantigua, para el cierre del episodio, dejando a los seguidores del Escogido con la pregunta:

Perdiendo por ocho carreras, ¿Que pensaban el corredor y el coach de tercera?

Una prueba  inequívoca de como se jugaba la pelota en la época.

El juego

Licey          100   502   000      8   9   1
Escogido   000   000   000      0   1   2

Cain con Lantigua, por el Licey;
Partlow, Reinoso (5), y Cabrera (8),
con Vicente Scarpatte, Manuel “Liquito”  Traboux (7), por el Escogido.

Hasta la próxima, si Dios lo permite. Abur, abur.

Octavio Acosta fue el Primero

“Octavio Acosta, un novato del Grand Forks, de la Liga Norteña, dejó al Winnipeg sin hits, ganando 12 -1. The Winnipeg anotó su carrera, por dos transferencias, una jugada de selección y un error”, The Pittsburgh Press, julio 1, 1958, página 25.

New York, New York, junio 10, 2020 –  El  novato derecho Octavio Acosta se convirtió en 1958, en el primer pitcher dominicano en autorizar un juego sin hits en el beisbol organizado de los Estados Unidos de América.

Con los Jefes de Grand Forks, de la Liga Norteña ( Northern League), una sucursal Clase C., de los Piratas de Pittsburgh, el nativo de Santiago dejó sin hits al Winnipeg, equipo al que derrotó 12-1, el 30 de junio del 1958. Acosta permitió una carrera inmerecida, luego de firmar dos de las ocho tranasferencias que concedió y un error del cuadro, en la cuarta entrada.

Problemas en el brazo de lanzar, cuando aún no existía la milagrosa cirugía Tommy John, terminaron con la carrera en el beisbol organizado del joven lanzador, cuando apenas tenía 20 años de edad.

En tres temporadas con cinco equipos en las menores, todos pertenecientes a la cadena de los Piratas,  compiló marca de 27-21.

En la pelota organizada de los Estados Unidos muchos monticulistas dominicanos han tirado juegos sin hits, pero Octavio Acosta fue el primero.

Después de Acosta, en las ligas menores,  Diómedes “Guayubín” Olivo, del Atlanta Crackers, sucursal AAA de los Cardenales de San Luis, dejó sin hits y sin carreras al conjunto Toronto, el lunes 22 de julio del 1963, a quienes venció con   anotación de 1-0.

Este no hits, no runs, no obstante, fue anulado por las Grandes Ligas, cuando se decidió que un encuentro debe completar nueve entradas para considerarse como tal.

Junio 30, 1958.

Grand Forks           052   001   022      12   20   3
Winnipeg               000   100   000         1     0   2

Con las Águilas Cibaeñas

En el Beisbol Dominicano, Acosta, quien falleció en 1997 en la ciudad de New York, siempre participó con las Águilas Cibaeñas.

Con los aguiluchos,  terminó con record de 22-14,  en ocho temporadas.

Una de sus mejores actuaciones en el beisbol del país, la realizó en la Serie Semifinal del 1960 – 1961, contra los Tigres del Licey.

Poseedor de una imponente figura de 6 – 4 – 180, en el tercer partido de dicha serie, Acosta abrió contra el zurdo Diómedes “Guayubín” Olivo, el 21 de enero, en el entonces estadio Radhamés, hoy estadio Cibao. Al frente 2-0, en la octava entrada,  permitió hit a Carlos Dore y doble a Manny Mota, siendo sustituido por el zurdo Octavio Blanco, del encuentro que eventualnte ganaron las Águilas.

“Era una persona muy agradable y amistosa”, declaró Oscar Sánchez, locutor nativo de Santiago, quien dijo ser por muchos años, amigo de Acosta.

Acosta termió su carrera en 1967, a los 29 años de edad.

Hasta la próxima, si Dios lo permite. Abur, abur.

3 Cuadrangulares Seguidos En Una Entrada.

“Estos tres homers consecutivos establecieron un record en la Liga de Beisbol Nacional y al decir de Wakefield empató el record mundial que él comparte con Roy Cullenbine y Hot Evers”, El Caribe, junio 7, 1953.

New York, New York, junio seis, 2020 – En el torneo de verano 1953,  el sábado seis de junio, Estrellas Orientales, 4 – 12,  prácticamente eliminados de la I Vuelta, llegaron a la capital dominicana, para medirse a los Leones del Escogido, que con marca de 7 – 9, enfrentaban similar predicamento.

En el beisbol veraniego, el formato era de dos vueltas.

El partido, por ende, carecía de importancia en el standing, pero en el mismo, se realizó una proeza, que aunque repetida en muchas ocasiones, nunca ha sido superada: 

Tres cuadrangulares seguidos en una entrada.

Para dicho juego, los Orientales, que contaban con jugadores del calibre de Tetelo Vargas, Alfredo “Chico” Conton, Pedro Formental y  Fermín Guerra, dirigente y receptor, enviaron al montículo, al derecho Wilmer Fields, 2 – 4, veterano de la Liga de Color de los Estados Unidos y por mucho tiempo, miembro de varios equipos en la Liga Boricua.

Escogido dependió del zurdo puertorriqueño Roberto Vargas, 4-2.

Las Estrellas se fueron al frente, 1-0, por sencillo de Conton y doble del receptor salcedense, Zoilo Rosario, en la segunda entrada.

Pero el primero de tres incogibles del intermedista novato Arnulfo “Miñín” Soto, empujó a Pepe Lucas con la vuelta del empate, en la segunda parte de ese inning.

Con los Leones al frente 2 – 1, en la séptima, tres integrantes del equipo, establecieron la hazaña, todavía  inigualada en el beisbol profesional dominicano.

El nativo de Islas Vírgenes,  Alfonso Gerard,  esperaba remolque, cuando el jardinero Dick Wakefield, un descarte de las mayores, con esperanza de regresar, disparó un kilométrico cuadrangular de más de 400 pies, por el jardín central.

A continuación, el siguiente bateador, Lucas St Caire, veterano de mil batallas, no se hizo esperar, conectando un batazo también por el prado central,  descrito por el cronista Arturo Industrioso, del matutino capitaleño  El Caribe, como “descomunal”.

Inmediatamente, el receptor novato Walter James, sumido en un letargo ofensivo, se fue por el lado derecho, con otro enorme  batazo de 400 pies y pico.

Eso fue todo para Fields, el pitcher perdedor, quien fue relevado por el derecho José “Papo” Benjamín, quien puso fin a la hemorragia.

“Junto a Roy Cullenbine y a Hoot Evers, realicé esta hazaña, actuando con los Tigres de Detroit, en 1947”, declaró Wakefield, quien en 1941, recibió una bonificación de 52 mil dólares, la más elevada de la época.

Debido a la lluvia, las acciones  terminaron el lunes ocho de junio, en el estadio de la escuela normal Presidente Trujillo, de la capital.

El encuentro.

E. Orientales                010   000   000      1     6   2
Escogido                        010   100   40x      6   15   0
Fields, Benjamín (7), con Rosario, Guerra (8), por las E. O.,
Vargas, Gavilán (8) con James, por el Escogido.

Al Cierre

Por motivos económicos, entre otras razones, continúa el tranque entre jugadores y dueños de los equipos de Grandes Ligas. Debido a la pandemia que nos tiene aislados a nivel universal, la temporada de Grandes Ligas, se aleja más cada día. Por motivos económicos también, la temporada del 1994 se truncó. La Serie Mundial no se celebró por primera vez en cien años. Pero una cosa es cierta, el mundo no se derrumbó en 1994. Tampoco se va a derrumbar ahora. En otro orden, es innegable, que en medio de todas las negociaciones, ni en 1994, ni ahora, se toma al fanático en cuenta. Hasta la próxima, si Dios quiere. Abur, abur.

Geo Pou: Origen Beisbol Dominicano

Por considerarlo de gran importancia deportiva, insertamos esta crónica, Listín Diario, 1937.

New York, New York, junio 3, 2020 – “ Al leer en la sección de Deportes del diario La Opinión de fecha seis de los corrientes, algunas consideraciones sobre la introducción del Baseball en nuestro país, pensamos que podríamos conseguir  buenos datos sobre tan simpático tópico, y así, nos dirigimos (Luis Miura Baralt, Editor Deportivo del Listín Diario y Deportista, redactor), donde nuestro buen amigo, el señor Don Geo Pou ( Yoryito), a quien como siempre, encontramos complaciente y caballeroso.

Después de exponerle el móvil de nuestra visita, comenzamos nuestra conversación del siguiente modo:

P.: Es cierto que el baseball lo introdujeron los cubanos en esta República?..

R.: No, ese es un error de quien escribe la crónica.

P.:  Puede usted decirnos algo de esos tiempos en los cuales según nos informa, usted tomó parte?..

R.: !Oh! como no, con mucho gusto. Comenzaré a decirle que el baseball en nuestro país fue introucido por los americanos, que instalaron la primera fábrica de cerveza en Santo Domingo. En los frentes de donde estaba instalada dicha fábrica, en Ciudad Nueva, en donde está hoy el edificio de Obras Públicas, comenzaron a jugar todos los americanos que formaban el personal de la fábrica, y meses más tarde, los hermanos Alomás, cubanos, mecánicos de profesión, y quienes hacían trabajos de su profesión en la fábrica, con algunos cubanos y dominicanos, engrosaron las filas y la cosa tomó tanto entusiasmo que formaron dos novenas, una compuesta por americanos solamente y la otra de americanos, cubanos y dominicanos.

P.: Cuándo comenzó usted a formar parte de la novena mixta?..

R.: No recuerdo precisamente la fecha, pero fue así: ( Esto se lo voy a contar y quiero que lo escriba tal y como fue).

Una tarde pasaba a caballo por los frentes de la Cervecería Nacional y uno de los Alomás, no recuerdo si fue Nilo, se me acercó y me dijo: Oye, Yoryito, tu sabes jugar pelota? Le constesté que no, pero que como me gustan todos los deportes, si me enseñaba, con gusto jugarApéate del caballo, me dijo; (y recuerdo bien, que uno de los Yankees, cojió mi caballo y lo amarró por ahí cerca), ven acércate. Te vas a parar aquí y me colocó donde se paran los bateadores, y poniéndome un palo en la mano, me dijo, este palo se llama bate, aquel hombre que está parado allí, y me señaló un hombre que tenía una pelota en la mano, te la va a tirar, tu tratarás de darle con el bate a la pelota lo más duro que puedas y en seguida sales corriendo y te paras allí, y me señaló un hombre parado sobre una tablita.

Hecha esta explicación, el hombre que tenía la pelota en la mano me tiró y le di a dicha pelota un fuerte toletazo, salí corriendo para la tablita, al llegar me hicieron señas que siguiera corriendo hasta la otra tablita que había más adelante, y al llegar a ésta, que siguiera para la otra tablita y allí me parara; falta decirle que cuando llegué a esta tercera tablita me faltaban fuerzas y no tenía ni respiración.

 Aquí descansé un rato, y ante los gritos de los que estaban jugando y viendo, solo oía: Yoryito ha dado un tribey. Entonces, Alomás me dijo: Espera, yo voy a batear ahora y tan pronto le de a la pelota, tu debes salir corriendo hasta llegar aquí, donde estoy parado y pisa esta hojalata, y así fue. Alomás golpeó la pelota duramente y yo salí corriendo y pisé el pedazo de lata. Cuando llegué me dijeron que había dado una carrera y me felicitaron todos los americanos que estaban jugando y me brindaron un vaso de cerveza del barrilito que había colocado en una ventana a disposición de los jugadores.

Fui enseguida a sentarme en un banco que había cerca, destinado a los que estaban tomando parte en el juego, y allí se me acercó un americano y llamando a uno de los Alomás le habló y señaló mis pies. Interrogado Alomás por mi, me contestó que decía el yankee que me quitara las polainas y las espuelas, porque era muy  peligroso jugar con espuelas y que podía caerme y herirme con ellas, a esto le contesté riendo y le dije que a mi no me molestaban, que estaba acostumbrado a tener las polainas puestas lo mismo que las espuelas, pero ante la insistencia del yankee, me las quité.

Así fue como me inicié en el baseball. Después me pusieron a jugar la primera base. Este juego no fue fácil, pues una de mis grandes diversiones era en las estancias de los Pou viejos, en Güibia, tirando naranjas para arriba y luego aparándolas. Después, hasta me pusieron a pitchar, pues decían que tiraba duro.

Un tiempo después, los negocios de la cervecería vinieron de mal en peor y no obstante esto, siempre nos quedamos jugando allí aumentándose el número de cubanos y dominicanos, y hasta un americano, hijo del cónsul Maxwel.

P.: Cómo se llamaban la novenas?..

R.: No puedo recordar más que el nombre de la novena de los americanos de la cervecería, que era “La Cervecería”. No puedo recordar el nombre de la otra contraria, no obstante el jugar en ella.

P.: Es verdad que le pusieron “Ozama”.

R.: No, la novena Ozama se fundó mucho tiempo después y no recuerdo más cubanos en ella que los Alomás.

Quienes jugaban en esas  novenas?..

R.: Solamente me recuerdo de algunos y los que no vienen a mi mente ahora me perdonarán. Entre ellos, además de los Alomás, estaban Enrique y Ramón Pérez, receptor;  Ramón y Tomasito Mueses, Federiquito Ramírez Guerra, Mundo Cuello, Julio Pou, Joaquín Palau, Quiquí Henríquez, Mr. Maxwell, y recuerdo que Ignacito Guerra, por lo regular, servía de umpire.

Cuanta satisfación me han producido estos momentos, pues me han hecho recordar alegres pasajes de mi vida de deportes.

Al despedirnos de Don Yoryito pensamos que en realidad fueron los americanos de la Cervecería quienes introdujeron el baseball aquí, y que este Don Yoryito desde joven ha sido un factor importante en los deportes desarrollados aquí entre los dominicanos”.

Por “Deportista”, redactor del Listín Diario, mayo 22, 1937, página 6.

Cortesía de Rafael V. Peña.