New York, New York, noviembre 28, 2023 – En las ligas mayores, la asistencia a un partido es una estadística tan importante como las carreras empujadas, las anotadas y los cuadrangulares, entre otras. Aparece en todos los box scores.
Es la norma.
La mayor asistencia a un encuentro de beisbol, entre Medias Rojas de Boston y Dodgers de Los Ángeles, es de 115,301, el 29 de marzo del 2008. Fue exhibición, pero no deja de ser histórico.
En el beisbol dominicano es de 25,498.
Con pocas excepciones dese el 1951, cuando se reinició la pelota rentada en el país, pocas veces se informa la concurrencia a un juego de beisbol.
En la mayoría de los casos, la crónica se limita a un “ A casa llena” o un “Cerca de”.
Eficientes anotadores como Carlos Andrickson, Juan Gautreaux, Luis “Baní” Pimentel , Héctor Celado y otros más, eran renuentes, por razones que se ignoran, a incluir la asistencia en los box scores.
Esa renuencia continuó con el beisbol invernal.
De hecho, mientras el prestigioso periodista Miguel A. Peguero, hijo, “Ph”, refiere en el periódico el Caribe, que unas 20,000 personas asistieron al primer partido invernal, el 23 de octubre del 1955, entre Los Tigres del Licey y las Estrellas Orientales, en el moderno estadio Trujillo, hoy Quisqueya, de la capital, Alex Camilo, corresponsal del semanario deportivo The Sporting News, habla de unas 18,000.
Camilo no volvió a mencionarla en sus crónicas, pero Féix Acosta Núñez, su sustituto, dice que 15,899 feligreses presenciaron los encuentros inaugurales entre Águilas Cibaeñas y Leones de Escogido y Tigres del Licey y Estrellas Orientales, el 24 de octubre del 1956, también en la capital.
Fernando “Bolo” Vicioso, quien continuó en el semanario deportivo por Acosta Núñez, tampoco la daba muy a menudo.
La apatía continuó hasta la década de los años 80’s, cuando aparece con frecuencia en los box scores, con Julio E. Santana Cabral, uno de los anotadores de la época, muy dado a incluirla en sus hojas de anotaciones
En efecto, en la Serie Final del 1980 – 1981, entre Águilas Cibaeñas y Leones del Escogido, en los box scores de los nueve enfrentamientos de la serie, publicados por el matutino Listín Diario, Santana dio todas las asistencias, incluyendo la del noveno choque, al que asistieron 25,498 parroquianos.
Hasta que se demuestre lo contrario, es la mayor a un juego de beisbol en la
República Dominicana.
En el estadio Cibao, de Santiago, 20,279 entusiastas, presenciaron la cuarta confrontación de la serie del 1980 – 1981.
En la Serie Final del 1982 – 1983, entre Águilas Cibaeñas y Tigres del Licey, 23,513 fanáticos asistieron el 30 de enero del 1983.
Finalmente, si usted quiere encontrar la asistencia a un partido de beisbol de la Lidom, en el presente siglo, tendrá que usar una lupa de alta calidad.
Al Cierre.
Cambio de nombre: Para mi es un honor que publiquen mis crónicas, siempre y cuando me den el crédito merecido. Lo que no es un honor para mi, es que a propósito o no, me cambien el nombre. Por cerca de una década, laboré en el Listín Diario. Antes, me tomé un “Medio pollo” en el vespertino La Noticia, en ambos medios como traductor deportivo y redactor ocasional. De modo que no me explico, como se confunden con mi nombre…Un cínico aguilucho en Washington Heights expresa que las Águilas debieran jugar todos sus encuentros como local, en el Citi Field de New York. Alega, que las Águilas, que tienen 2/12 en su casa, de las tres victorias que lograron en la serie “Titanes del Caribe”, dos fueron como locales.
Hasta la próxima si Dios lo permite. Abur, abur.