“Tal parecía que el astro derecho importado de Cuba habría de convertirse en otro Johnny Vander Meer, tirando dos No-hitters corridos. Durante 16 entradas y un tercio, Fine no permitió ni hits ni carreras”, El Mundo, San Juan, Puerto Rico, febrero 26, 1952.
New York, New York, febrero 10, 2022 – En la pasada Serie del Caribe, Tyler Alexander, de los Gigantes del Cibao, se convirtió en el único lanzador en este evento, en retirar los primeros 24 bateadores enfrentados
El dos de febrero, el zurdo Alexander tiró juego perfecto durante ocho episodios contra los Charros de Jalisco, pero el antesalista Issac Rodríguez, su antiguo compañero de equipo con los Gigantes, abrió la novena con doble por el jardín derecho.
El hit de Rodríguez mantiene a Thomas Fine como el único lanzador en autorizar un No – No en el Clásico de Febrero.
Thomas Morgan Fine nació en el estado de Texas, U.S.A., en 1914, de modo que tenía 38 años de edad cuando alcanzó la inmortalidad en febrero del 1952.
Actuó brevemente con los Medias Rojas de Boston y los ineptos Carmelitas del San Luis, compilando record de 1-3, en la década de los años del 1940.
Participó por varios años en la Liga Cubana, siendo su mejor temporada en 1949 – 1950, cuando con los Elefantes del Cienfuegos, tuvo marca de 16 – 6, de acuerdo al rotativo habanero Diario de la Marina, del 19 de febrero del 1950.
Aunque no disfrutó de otra temporada semejante, demostró ser un “Caballo de batalla; En 1951 – 1952, encabezó la liga en juegos participados con 36.
Los Leones del Habana se coronaron campeones en dicha temporada, pero su lanzador estelar, Hoyt Wilhelm y el receptor Ray Katt, fueron llamados a los campos de entrenamientos por los Gigantes de New York.
Para cubrir la vacante, Mike González, dirigente del Habana, seleccionó a Fine y al receptor cubano Andrés Fleitas, ambos de los Tigres del Mariano.
La IV Serie del Caribe se celebró en Panamá del 20 al 25 de febrero de dicho año.
Es bueno señalar, que en esta serie, el 25 de febrero, el zurdo Diomedes “Guayubín” Olivo y Luis “Güigüí Lucas” St. Claire, con los Senadores del San Juan, se convirtieron en la primera combinación de lanzador – receptor nativos de la República Dominicana.
El 21 de febrero se enfrentaron el Cervecería Caracas, Venezuela y el favorito Habana.
El derecho Al Papai, quien también tuvo una efímera carrera en Grandes Ligas, fue la selección del manager venezolano, mientras que González confió en el refuerzo de los Tigres.
Fine no solo autorizó lo que hasta la fecha es el único No-No en el evento caribeño, sino que anotó la vuelta solitaria del partido.
Fine, quien concedió tres transferencias y abanicó a cuatro cerveceros, abrió la sexta con hit, avanzó a la intermedia por sacrificio del jardinero Alejandro el “Villanazo” Crespo y llegó al plato por sencillo al jardín izquierdo de Edmundo Amorós.
Curiosamente, en dicho año, Crespo fue ganador con el Habana, en la Serie del Caribe y con las Águilas Cibaeñas.
No satisfecho con su magistral actuación, el 25 de febrero contra el combinado de Panamá, tiró siete y un tercio de entradas sin permitir hits ni carreras.
16 entradas y un tercio de No-No, la proeza de Fine, muy difícil de emular.
Alexander también se cubrió de gloria.
El partido.
Venezuela 000 000 000 0 0 0
Cuba 000 001 00x 1 4 2
Papai, Samson (8) con Anderson por Venezuela;
Fine con Fleitas por Cuba.
Al Cierre
Recientemente, en una tertulia newyorquina, alguien definió a Venezuela como “Tierra de petróleo y grandes paracortos en las mayores” Nada más cierto. Luego del primero, Alfonso “Chico” Carrasquel, en 1950, siguieron Luis Aparicio hijo, Davey Concepción, Ozzie Guillén y Omar Vizquel, entre otros, todos excelentes defensores de la posición número seis. Chico Carrasquel era sobrino de Alejandro el “Patón” Carrasquel, primer venezolano en las mayores en 1939 y hermano del lanzador Martín Carrasquel quien actuó con las Estrellas Orientales en 1953, mientras que Aparicio hijo, miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, era hijo de Luis Aparicio, también short stop, quien participó con los Tigres del Licey en el campeonato del 1936. Venezuela no gana Series del Caribe, pero produce grandes jugadores de Grandes Ligas…Finalmente, después de una larga espera, el bateador designado llega a la Liga Nacional…Hasta la próxima, si Dios lo permite. Abur, abur.