Muerte de Alfredo Edmead ( II )

Francisco Alfredo Edmead: Bateador y tirador zurdo. Seis pies de estatura y 155 libras de peso.
Nació en 1956. Murió agosto 22, 1974
Pembroke Pines, Florida, septiembre 7 – Alfredo Edmead mostró un gran potencial en una breve carrera de liga menor que fue truncada por un increíble y fatal accidente.
Nativo de la República Dominicana, Edmead llegó al equipo de Salem de la organización de los Piratas de Pittsburgh en 1974. Con apenas 17 años de edad bateó .319 con 61 bases robadas y 7 jonrones en 119 partidos con dicho equipo.
Edmead fildeaba un elevado de rutina entre el jardín derecho y segunda base bateado por el lanzador Mulray Gage-Cole, mientras Nefatlí Cruz perseguía al mismo tiempo dicho batazo. Edmead chocó de cabeza con la rodilla de Cruz perdiendo el conocimiento. Murió una hora después de las lesiones que sufrió en el cerebro. Irónicamente, Edmead había sido firmado por Cruz el año anterior.
El lanzador Jim Meerpohl, del equipo contrario ese fatídico día describe las circunstancias de dicha muerte de la manera siguiente:
“Yo fui el lanzador abridor por el Rocky Mountain, sucursal de los Filis de Filadelfia, el 22 de agosto de 1974. Los Piratas de Salem estaban repletos de futuros jugadores de grandes ligas, pero en mi opinión, Alfredo Edmead era el mejor de ellos. Tenía un brazo poderoso con una certeza que recordaba al gran Roberto Clemente, y jugaba con un entusiasmo sin igual. El diamante de beisbol se iluminaba cuando estaba en el terreno de juego.
Yo había tirado unas siete entradas y me encontraba en el bullpen conversando con nuestro entrenador, Marc Havard, cuando el bateador de turno, el efectivo cerrador canadiense Gage-Cole se elevó al jardín derecho por encima del intermedista Cruz.
Esta jugada sucedió una tres entradas anteriormente cuando nuestro entremedista, Al McLaughin bateó en forma similar, que capturó Cruz. Ambas jugadas se parecieron. Ningún jugador Pirata, pidió la bola. Ninguno, incluyendo el jardinero central, Miguel Diloné, el inicialista Tom Prazych, ni el paracorto Craig Reynolds, y desde luego ni Cruz ni Edmead se comunicaron con la frase que se le enseña a cualquier jugador juvenil “I got it-It is mine” (La tengo-es mía). “Yo estaba bien cerca y no oí a nadie pidiendo la bola”.
La primera vez la bola fue bateada detrás de la segunda sin incidentes. La segunda ocasión Edmead corrió chocando con la rodilla de Cruz. Havard y yo pensamos que Cruz se había roto la pierna por el sonido que produjo el choque. Mientras Cruz se retorcía del dolor, Edmead cayó de frente y sin moverse. Tom Prazych persiguó la bola y por la reacción en su rostro cuando vio a Edmead en el suelo nos dimos cuenta de que algo terrible estaba pasando. Tom se arrodilló y daba señales, Diloné se acercó y se quedó sin movimiento. En ese momento, Marc, la única persona con entrenamiento médico, me dijo, “Pohl, necesitamos ayuda”. Cuando llegamos allí lo que vimos fue algo que trato de olivdar. Cruz estaba sentado, quejándose del dolor, pero notamos que tenía una rodillera de acero. Ese acero golpeó como un hacha la cabeza de Edmead. El lado izquierdo del cráneo con una herida de ¾ de pulgadas de ancho y sangrando en forma profusa. También sangraba por la boca, Marc trató de detener el derrame, pero sin éxito.
“Yo soy cazador de grandes y pequeños animales pero nunca había visto algo parecido y en forma tan rápida”. Tratamos de hacer todo lo posible, pero la sangre que emanaba del cráneo y la boca era algo horrible.
Siempre me he preguntado cómo sucede algo así en un partido de beisbol. Esperamos como 15 minutos por la ambulancia aunque pareció como una hora. En el diamante había una mancha de sangre de unas 48 pulgadas de diámetro. Dicen que Alfredo murió en el hospital, pero en realidad murió en el terreno de juego, nunca había visto cosa semejante.
Yo gané el partido y Murray se anotó el juego salvado, pero nada de eso importó en ese momento.
Recuerdo que vi al lanzador John Candelaria y otros compañeros de equipo de Edmead luego del partido. Todos estábamos sorprendidos. Como jugadores, éramos invencibles en el terreno, pero eso nos enseñó como cambian las cosas y no puedo olvidar esa noche; tampoco puedo olvidar la muerte de Alfredo.
Fuentes: The Sporting News, septiembre 7,1974, y Jim Pohl, agosto 23,2012

Muerte de Alfredo Edmead

 Pembroke Pines, FL, sept 12 -2013 – Alfredo Edmead llegó a los Estados Unidos a la edad de 18 años, en 1974, a jugar su primera-y única-temporada de beisbol profesional.  Dejó en su país, 10 hermanos y hermanas para convertirse de la noche a la mañana en un jugador estelar, pero aún más rápido, en víctima de una terrible tragedia.

Edmead fue firmado por Pablo (Neftalí) Cruz en 1973.  Cruz, de 27 años de edad, jugaba la intermedia del equipo Piratas de Salem, Clase A, donde Edmead debutó el año siguiente.  Cruz se convirtió en el mentor de los jóvenes jugadores dominicanos en el equipo.

“Tenía miedo de fracasar”, dijo. “Pero comencé a batear y eso me relajó”.

Aprendió tan rápido el idioma inglés, que el dirigente Johnny Lipon lo describió como “muy inteligente”. Pero fue el bate lo que habló por él.  “Sabía que tenía mucho talento” dijo Lipon, recordando su bateo en los campos de entrenamientos.

El joven dominicano jugaba el jardín derecho y bateaba detrás del abridor y futuro big leaguer, el jardinero central Miguel Diloné.  Ambos compartían la misma vivienda y eran una pesadilla para el pitcheo contrario. Pero no había rivalidad, más bien se ayudaban entre sí.

Edmead y Diloné llevaron al Salem a un gran comienzo.  El Sporting News del 8 de junio de dicho año, trajo en su titular “Salem a la cabeza con un duo de dominicanos bateando .400”.

Después de 34 partidos, Diloné registraba .408 con 36 anotadas, y Edmead .396 con 30 anotadas y 26 empujadas.  Ambos tenían 24 bases robadas.  Edmead estaba sorprendido de tener cuatro cuadrangulares, “Nunca esperé algo así”,  dijo.

“Es un bateador natural.  He visto muchos peloteros progresar a través de los años pero ninguno como Edmead”, declaró Lipon.

Su promedio y el  de Diloné   bajaron durante la temporada, pero Salem terminó en primer lugar con record de 87-50.  Edmead, bateando .318 con siete jonrones, fue seleccionado para el Juego de Estrellas.  Aunque sólo tenía 18 años de edad, muchos en la organización estaban seguros que sería un AAA en 1975.

Tres de sus compañeros participaron en el Juego de Estrellas, incluyendo Diloné, quien se llevó los honores del jugador del año, Lipon manager del año y Cruz, jugador más popular del equipo.  “Lo único malo que sucedió ese año fue la tragedia de Edmead.  Es algo que nunca olvidaré”, dijo Lipon.

El incidente de Edmead sucedió el 22 de agosto en un partido como local en el Municipal Field contra los Rocky Mountain.

Edmead anotó la primera carrera de su equipo luego de robarse la segunda y la tercera para totalizar 61 bases robadas en la temporada.   Todo parecía ir bien, hasta que un corto elevado al jardín derecho en la primera parte de la sexta entrada lo cambió todo.   Edmead persiguió la bola al mismo tiempo que  Cruz.  En un esfuerzo por atraparla, Edmead chocó de cabeza con la rodilla de Cruz y ambos cayeron al suelo,  Edmead quedó inconsciente.  El entrenador del club le dio los primeros auxilios pero el joven jardinero fue llevado de emergencia al hospital.  El juego continuó, pero sin Cruz, quien se lesionó malamente la rodilla.  Cruz, sin embargo, estaba tan apenado por lo sucedido que rehusó tratamiento médico.  “Mi hermano, mi hermanito, siempre era tan agresivo”, se lamentó.

Aunque los jugadores de ambos clubes no sabían nada, el Gerente General del equipo Salem, llamó una hora después del accidente con tres tristes palabras: “Alfredo ha muerto”.

Edmead murió de una lesión cerebral, sorprendiendo a sus compañeros y a todos los que escucharon la noticia.  “Nunca oí algo semejante.  Perdimos no sólo al mejor prospecto en nuestra organización, sino a un gran joven caballero. Es duro de creer”, declaró Harding Peterson, Director de Sucursales de los Piratas de Pittsburgh.

Un triste y confundido Diloné empacó todas las pertenencias de su querido amigo y las envió a la República Dominicana con el cadáver del juvenil pelotero.

Alfredo Edmead, 1956-1974, fue honrado con una tarja en el Municipal Field y una beca en su nombre al mejor atleta de Virginia.

Primer Campeonato de Beisbol Juvenil

“Los dominicanos dicen que Juan Marichal es mejor que César Imbert” El Universal, de Méjico, septiembre 11, 1956

New York, New York, septiembre 8, 2013 –  La República Dominicana derrotó a los Estados Unidos con anotación de 15 – 5, en el primer partido del Primer Campeonato Mundial de Beisbol Juvenil.

El encuentro se celebró el ocho de septiembre de 1956, en el parque del Seguro Social de Méjico, D. F., la capital mejicana. El zurdo Julio César Imbert fue el pitcher ganador.

Dominicana era un fuerte trabuco que incluía a los lanzadores zurdos Luis Coss, Danilo Rivas, Imbert y al derecho Juan Marichal; el receptor José Jacobo; los jugadores del cuadro Bolívar Veloz, Sijo Linares, Tony Guerra y Nápoles Saviñón; y los jardineros Manuel Mota, Mateo Rojas Alou y Juan Brito, entre otros.

República Dominicana, Cuba, Estados Unidos, Méjico y Puerto Rico asistieron a este primer evento internacional.

El once de septiembre, Méjico ganó a Dominicana, 3-2, en la primera de tres veces en que los aztecas vencieron a los quisqueyanos. Imbert, en sustitución del abridor Marichal, fue el lanzador perdedor. Con los mejicanos al frente 3-1, en la novena entrada, Jacobo recibió cuatro malas, y el emergente Brito disparó triple anotando Jacobo, pero Guerra y Mateíto abanicaron para terminar el partido.

Con Coss y Rivas en el montículo, Dominicana derrotó a Puerto Rico, 15-10, el 15 de septiembre. A la altura de la octava entrada el país ganaba 15-2, pero Rivas relevó, cuando los boricuas le anotaron cuatro veces a Coss en la segunda parte de dicho episodio.

Luego, el 18 de septiembre llegó el choque contra Cuba, en el cual el perdedor se iba para su casa. Aunque los cubanos le anotaron cuatro veces en las dos primeras entradas a Imbert y a Rivas, los dominicanos empataron las acciones para luego ganar en once entradas.

Los dominicanos dejaron a los cubanos en el terreno de juego, cuando en la segunda parte del onceno episodio anotaron de la forma siguiente: Brito pasaje gratis, Jacobo toca y se embasa; con hombres en segunda y tercera, Alou recibe pasaje intencional y Guerra se eleva al jardín central empujando a Brito con la vuelta ganadora. Marichal, quien lanzó el último episodio, fue el ganador.

La primera vuelta terminó: República Dominicana y Méjico, 3-1; Cuba y Puerto Rico, 2-2; y los Estados Unidos, 0-4.

La serie final a tres encuentros

El 20 de septiembre, 38 mil personas presenciaron el primer partido de la serie final, que Méjico, con Manuel ( El Pato ) García en el montículo, ganó 6-3. Imbert fue el abridor y perdedor de un encuentro que solo duró una hora y 25 minutos. Marichal relevó a Imbert y permitió dos vueltas a los ganadores.

El 22 de septiembre, el matutino El Universal, de la capital mejicana tituló a ocho columnas:

Duelo de zurdos en puertas: ¡Valentín Hernández – Luis Coss!

Pero fue Rivas, al igual que Coss, nativo de Salcedo, quien abrió por Dominicana. Méjico iba al frente 4-3, cuando en la novena, después de dos outs, Guerra y Mota ligan sencillos, anotando Guerra por error del cuadro contrario, la vuelta del empate.

Coss, en sustitución de Rivas, camina al primer bateador al abrir la décima. Marichal releva a Coss y firma dos pasajes gratis. Con los sacos llenos de mejicanos, Carrasco entra por Marichal, comete wild pitch y permite sencillo, y Méjico se va al frente, 7-4, coronándose campeón del evento.

El domingo 23, se van a un tercer partido República Dominicana y Méjico; finalmente, con Coss tirando ocho entradas en blanco, los dominicanos derrota a los aztecas, 9-5.

¡Pero ya era muy tarde! Según la regla del torneo, había que celebrar los tres juegos de la serie, por lo tanto, esto no fue un enfrentamiento de exhibición, como generalmente se cree.

Hasta la próxima, si Dios lo permite. Abur, abur.

Juegos Completos

“Demasiados lanzadores en un equipo, diez y doce; no se cómo los usan a todos ellos”, Cy Young

New York, New York. –Tirar un juego completo en cualquier liga se ha convertido en una especie de extinción tal, que cuando un lanzador lo ejecuta, se considera inmediatamente un fuerte candidato al Salón de la Fama.
Sin embargo, en un pasado no muy lejano, completar un partido era un orgullo, y una vergüenza, lo contrario.
Se dice, que lanzadores como Juan Marichal, Bob Gibson, Sandy Koufax y Don Drysdale, se incomodaban con su dirigente, al ver a alguien calentando en el bullpen, mientras ellos estaban en el montículo. El día que lanzaban, se aseguraba, significaba un día libre para los relevistas.
En la temporada de 1968, durante la llamada década de los lanzadores, Marichal completó 30 de 35 encuentros que inició, mientras Gibson, quien autorizó 13 blanqueadas, con una increíble efectividad de 1.12, completó 28 de 34 partidos.
En comparación, en la presente temporada, después de los juegos de ayer miércoles, en la Liga Americana se han completado 52 encuentros, y 49 en la Liga Nacional. Los Orioles de Baltimore no tienen y seis equipos en ambas ligas exhiben apenas uno per cápita.
En una época más remota, en la que Cy Young se lamentaba del exceso de lanzadores en un equipo, no era extraño ver a un lanzador ganar dos juegos completos en un mismo día, el último, un tal Dutch Levsen, de los Indios de Cleveland, en 1926, según Baseball Almanac.
Que se sepa, tal ocurrencia no ha sido muy común en el beisbol profesional dominicano, pero sí, en el sector aficionado.
De acuerdo al matutino El Caribe, del 9 de mayo de 1962, Alejandro Prensa, del poderoso equipo Cami, dejó en salsa blanca en dos ocasiones al conjunto Continental, a quienes venció 7-0 y 2-0, en partidos celebrados en los terrenos del Deportivo 27 de Febrero, de la capital dominicana, el domingo seis de mayo de dicho año.
El segundo choque se limitó a siete entradas, pero Prensa, quien el domingo pasado actuó en el “Juego del Recuerdo de las Viejas Glorias del Beisbol Dominicano”, en el parque Inwood, del Alto Manhattan, declaró que ese día también tiró tres entradas de relevo, en las cuales tampoco permitió libertades a la oposición.
Regresando a las dos victorias en un día en las Grandes Ligas, el 26 de julio de 1964, Federico “Chichí” Olivo obtuvo dos, como relevista de los Bravos de Milwaukee, en el antiguo Shea Stadium, contra los Mets de New York. Hasta la próxima, si Dios lo permite. Abur, abur.

Ponce en República Dominicana

“El recuerdo de la corta temporada que hemos pasado en la República hermana, la hospitalaria y gentil Quisqueya, será para nosotros imborrables”, Felipe R. Maldonado, ( Pipo ), dirigente de la novena Ponce, ( El Mundo, San Juan, Puerto Rico, octubre 12 – 1933 ).
New York, New York, – El equipo Leones de Ponce, uno de los conjuntos más emblemáticos del beisbol puertorriqueño, visitó la República Dominicana en septiembre de 1933, celebrando encuentros con las novenas Leones del Escogido, Tigres del Licey y un seleccionado de Santiago.

La delegación ponceña arribó por la vía aérea , acuatizando el Pan American en que viajaban, en las aguas del río Higuamo, de San Pedro de Macorís, el sábado 16 de septiembre de dicho año.

Desde Santo Domingo de Guzmán, la capital dominicana, se trasladaron a la Sultana del Este, los señores Carlos Dore, dirigente del Licey, Domingo Hernández, delegado del Escogido, Ernesto Rodríguez, y los cronistas deportivos Ismael Méndez ( Torombolo ) y Julio C. Linval, de los periódicos Listín Diario y La Opinión, respectivamente, entre otras personalidades del mundo deportivo dominicano de la época.

Los equipos

Leones de Ponce: Cándido Hoyos, receptor; Cefo Conde, Juan Daviú, Juan Guilbe y Marcelino Daviú, lanzadores; J. J. Lanauze, ( Siquí ),Emilio Navarro ( Millito ),Demetrio Pesante ( Menchín ), Perucho Cepeda, jugadores del cuadro; Francisco Coímbre ( Pancho ), Santos Conde y Juan Daviú, jardineros.

Tigres del Licey: Nonito García, receptor; Sijo Gómez, Ernestico Sánchez, Joaquín Suncar, lanzadores; Francisco Rodríguez ( Ninín ), Rafael Puesán ( Mellizo ), Horacio Martínez, Juan Tomás Fiol, jugadores del cuadro; Mariano Defilló, Raúl Rodríguez y Pedro Nina, jardineros.

Leones del Escogido: Juan Sonora, receptor; Fellito Guerra, Livio Guerra y Abejita Ruiz, lanzadores; Checo Delgado, Aladino Páez, Titico Guzmán, Bragañita García, jugadores del cuadro; Laitico Mieses, Mateo de la Rosa, Pedro Julio y Diómedes, jardineros.

Nota: Era común para ese entonces, la prensa referirse a los jugadores con un solo nombre y muchos peloteros jugar diferentes posiciones. En cuanto al equipo Santiago, desafortunadamente, no tenemos datos sobre el mismo, excepto que en cuatro oportunidades frente a los boricuas, ganaron un partido , perdieron dos, y empatando otro.

Árbitros

Miguel Pinales ( Turco Prieto ), Enrique Mejía, Sergio Vicioso, Delgado, Méndez, Domínguez y Pirulo.

Rafael Rovira Rodríguez, Federico Gerardino, José Borrás e Indalecio Rodríguez, puertorriqueños residentes en el país, jugaron un papel instrumental para efectuar esta serie amistosa.

Dominicanos frente a Ponce:

Licey 3-1-1; Escogido 2 – 3; Santiago, 1-2-1.

Al llegar a Puerto Rico, una vez terminado el corto evento, los boricuas declararon a la prensa: “En nada echamos de menos nuestra tierra, ya que nos encontrábamos allá como si en ella estuviéramos. La caballerosidad de que hicieron gala en todos los momentos los deportistas dominicanos en varias ocasiones rayaba en lo inconcebible, así pudiéramos calificarlo. En todos los desafíos en que tomábamos parte se nos aplaudía en la misma intensidad con que se vitoreaba a los coterráneos, dándonos así más fuerzas para proseguir en nuestra labor de difusión deportiva por tierra dominicana”, ( El Mundo, San Juan, Puerto Rico, octubre 12-1933 ).

Tetelo Vargas: Siete Cuadrangulares Seguidos

“Tetelo Vargas es el más grande jugador de beisbol”,
Joaquín Balaguer, Memorias de un Cortesano de la “Era de Trujillo”

New York, New York – Juan Esteban Vargas disparó siete cuadrangulares en forma consecutiva a finales de julio de 1931, mientras militaba con el Cuban House of David ( La Casa Cubana de David ), equipo que celebraba una serie de encuentros en el Estado de Iowa, en el Medio Oeste de los Estados Unidos.
Sobre dicha proeza se han tejido tantas leyendas, que la única constante es que ciertamente el “Gamo Dominicano” realizó la misma en las ciudades de Boone y Mission Valley, del estado arriba citado.
Pero contrario a la creencia popular, el “Casa Cubana de David”, no pertenecía a ninguna de las ligas organizadas de color de la época, sino que como el Brooklyn Bushwicks y el Habana Red Sox, entre otros tantos, era una novena independiente que se desplazaba, principalmente por el medio oeste, efectuando series de desafíos ( barnstorming ), en los diferentes pueblos a los cuales llegaban por invitación.
Syd Pollock, propietario y gerente del combinado, cita la actuación heroica de Vargas , paracorto del club, en carta dirigida a la Sección de Deportes del semanario Pittsburgh Courier del dos de septiembre de 1933:
“Una de las estrellas cubanas en 1931, Tetelo Vargas, en Sioux City, Iowa, estableció el record mundial en el recorrido de las bases, al realizarlo en 13.02 segundos. En cualquiera de las dos ligas mayores, Vargas no tuviera problemas en ser líder en bases robadas. Una semana antes, Vargas disparó siete tetra bases en dos días en una fuerte competencia semipro, pero esa hazaña ha sido ignorada por la prensa blanca”.
El record anterior en recorrer las bases, 13.03 segundos, fue establecido en 1929.
Joe Ring, escucha de los Cardenales del San Luis, fue testigo del gran día de Vargas, el 21 y el 22 de julio del citado año, cuando de acuerdo al Pittsburgh Courrier, del sábado primero de agosto, Vargas conectó tres jonrones, en la victoria de su equipo sobre el Boone, 17 – 1. Al día siguiente, House of David derrotó, 13 – 1, al Mission Valley, en el cual Tetelo se fue para la calle en cuatro oportunidades, para un total de siete seguidos.
“Es el jugador de beisbol más impresionante que he visto en toda mi vida”, declaró Ring, un antiguo Grandes Ligas, luego de presenciar los partidos
En otros encuentros del barbudo club cubano, el 23 de julio venció al Fairfield, 6 – 4, y un día después, el zurdo Luis Tiant derrotó al Stock Yards, 2 – 1. En cinco entradas que lanzó, Tiant abanicó a 13 contrarios. Todos estos partidos se celebraron en el Estado de Iowa.

Ciudad Trujillo Conquista el Denver Post

“El club de Estrellas Negras, conocido como Ciudad Trujillo en la República Dominicana, sigue siendo la atracción principal del fanático de Denver”, The Denver Post, agosto 4, 1937.

New York, New York – Es innegable que la crítica, tanto nacional como internacional, siempre ha considerado el Campeonato de Beisbol 1937, como uno de los mejores de cuantos se han celebrados en la región caribeña.
En dicho torneo no solo participaron los mejores exponentes del beisbol de las Grandes Ligas de Color, sino que cuatro de los participantes fueron exaltados al Salón de la Fama de Cooperstown.
Pero el precio pagado por el material nativo fue algo diferente. “No hay razón para que se trate de postergar a los jugadores dominicanos”, declaraba en vano, el profesor Manuel Joaquín Báez Vargas.
Sin embargo, los miembros del círculo de funcionarios que promovían las intrigas palaciegas de la época, y que motivaron, aunque por poco tiempo, la desaparición de los eternos rivales del beisbol criollo, Leones del Escogido y Tigres del Licey, pensaban muy diferente.
La directiva del equipo, y la American Sugar Co., la misma que contrataba los refuerzos, entendían muy bien, que la derrota de los Dragones significaba para ellos una derrota política de proporciones incalculables.
Los Dragones de Ciudad Trujillo, la llamada “Máquina perfecta” fue confeccionada para ganar. Julio C. Linval, del rotativo La Opinión, solía declarar en su columna, Actualidades Deportivas, “Un equipo con ese nombre, no puede perder”.
En Denver, Colorado, julio 29, agosto 9, los Dragones también fueron la máquina perfecta. En ocho partidos, siete de los cuales ganaron, los “Asesinos de la calle El Conde” humillaron a la oposición, anotando 82 carreras contra diez del contrario.
Pero qué motivó la actuación del Ciudad Trujillo en el Torneo The Denver Post?.
El verdadero leimotiv no fue promover el buen nombre del país en el ámbito internacional, sino exaltar la figura del Presidente Trujillo, quien estaba aferrado a la idea de perpetrarse en el poder. Para los miembros de la directiva del equipo, y la American Sugar Co., el nombre Ciudad Trujillo estaba por encima del de la República Dominicana.
De todos modos, la superioridad del equipo en Denver fue tal, que Ray L. Doan, escucha de los Cardenales del San Luis, declaró al The Denver Post: “Este equipo le gana a cualquier club de Grandes Ligas, incluyendo a los Yankees de New York, ( los Yankees ganaron la Serie Mundial en 1937 ).
El Ciudad Trujillo estaba compuesto por: Ernest “Spoon” Carter, Satchel Paige, Robert Griffith, Leroy Matlock y Chester Brewer, lanzadores; Bill Perkins y Clarence Palm, receptores; David “Showboat” Thomas, George Scale, Harry Williams, Pat Patterson y Sammy Bankhead, jugadores del cuadro; Clyde Spearman, Ray Parnell y James “Cool Papa” Bell, jardineros. Dirigente, Albert “Rapp” Dixon. Como se ve, solo el nombre era dominicano.