Un día como hoy en 1974.
Pembroke Pines, FL, agosto 22, -2013 – Alfredo Edmead llegó a los Estados Unidos a la edad de 18 años, en 1974, a jugar su primera-y única-temporada de beisbol profesional. Dejó en su país, 10 hermanos y hermanas para convertirse de la noche a la mañana en un jugador estelar, pero aún más rápido, en víctima de una terrible tragedia.
Edmead fue firmado por Pablo (Neftalí) Cruz en 1973. Cruz, de 27 años de edad, jugaba la intermedia del equipo Piratas de Salem, Clase A, donde Edmead debutó el año siguiente. Cruz se convirtió en el mentor de los jóvenes jugadores dominicanos en el equipo.
“Tenía miedo de fracasar”, dijo. “Pero comencé a batear y eso me relajó”.
Aprendió tan rápido el idioma inglés, que el dirigente Johnny Lipon lo describió como “muy inteligente”. Pero fue el bate lo que habló por él. “Sabía que tenía mucho talento” dijo Lipon, recordando su bateo en los campos de entrenamientos.
El joven dominicano jugaba el jardín derecho y bateaba detrás del abridor y futuro big leaguer, el jardinero central Miguel Diloné. Ambos compartían la misma vivienda y eran una pesadilla para el pitcheo contrario. Pero no había rivalidad, más bien se ayudaban entre sí.
Edmead y Diloné llevaron al Salem a un gran comienzo. El Sporting News del 8 de junio de dicho año, trajo en su titular “Salem a la cabeza con un duo de dominicanos bateando .400”.
Después de 34 partidos, Diloné registraba .408 con 36 anotadas, y Edmead .396 con 30 anotadas y 26 empujadas. Ambos tenían 24 bases robadas. Edmead estaba sorprendido de tener cuatro cuadrangulares, “Nunca esperé algo así”, dijo.
“Es un bateador natural. He visto muchos peloteros progresar a través de los años pero ninguno como Edmead”, declaró Lipon.
Su promedio y el de Diloné bajaron durante la temporada, pero Salem terminó en primer lugar con record de 87-50. Edmead, bateando .318 con siete jonrones, fue seleccionado para el Juego de Estrellas. Aunque sólo tenía 18 años de edad, muchos en la organización estaban seguros que sería un AAA en 1975.
Tres de sus compañeros participaron en el Juego de Estrellas, incluyendo Diloné, quien se llevó los honores del jugador del año, Lipon manager del año y Cruz, jugador más popular del equipo. “Lo único malo que sucedió ese año fue la tragedia de Edmead. Es algo que nunca olvidaré”, dijo Lipon.
El incidente de Edmead sucedió el 22 de agosto en un partido como local en el Municipal Field contra los Rocky Mountain.
Edmead anotó la primera carrera de su equipo luego de robarse la segunda y la tercera para totalizar 61 bases robadas en la temporada. Todo parecía ir bien, hasta que un corto elevado al jardín derecho en la primera parte de la sexta entrada lo cambió todo. Edmead persiguió la bola al mismo tiempo que Cruz. En un esfuerzo por atraparla, Edmead chocó de cabeza con la rodilla de Cruz y ambos cayeron al suelo, Edmead quedó inconsciente. El entrenador del club le dio los primeros auxilios pero el joven jardinero fue llevado de emergencia al hospital. El juego continuó, pero sin Cruz, quien se lesionó malamente la rodilla. Cruz, sin embargo, estaba tan apenado por lo sucedido que rehusó tratamiento médico. “Mi hermano, mi hermanito, siempre era tan agresivo”, se lamentó.
Aunque los jugadores de ambos clubes no sabían nada, el Gerente General del equipo Salem, llamó una hora después del accidente con tres tristes palabras: “Alfredo ha muerto”.
El petromacorisano murió de una lesión cerebral, sorprendiendo a sus compañeros y a todos los que escucharon la noticia. “Nunca oí algo semejante. Perdimos no sólo al mejor prospecto en nuestra organización, sino a un gran joven caballero. Es duro de creer”, declaró Harding Peterson, Director de Sucursales de los Piratas de Pittsburgh.
Un triste y confundido Diloné empacó todas las pertenencias de su querido amigo y las envió a la República Dominicana con el cadáver del juvenil pelotero.
Edmead, 1956-1974, fue honrado con una tarja en el Municipal Field y una beca en su nombre al mejor atleta de Virginia.
En el invierno del 1974, Edmead actuó en los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe, bateando, con la Selección Nacional, por encima de los .300 puntos.
En la escuadra dominicana, que se llevó la medalla de plata, participaron el lanzador Silvio Martínez y el jugador del cuadro Alejandro Taveras, quienes luego llegaron a las Grandes Ligas.
Llamado los Doce Juegos, este cónclave deportivo, se celebró en la República Dominicana.
Hasta la próxima, si Dios lo permite. Abur, abur.